Generalmente, los profesores de educación física, suelen ser poco conocidos públicamente, a pesar de realizar tareas fenomenales en diferentes ámbitos de disciplinas deportivas. Es el caso de Celina Correa, quien siempre ha estado ligada al deporte. Fue jugadora y entrenadora de vóley, es profesora de educación física, guía de montaña y guardavidas. Actual instructora de natación para niños y adultos, especializada en matronatación. Cabe aclarar que la actividad está suspendida mientras dure el aislamiento social preventivo obligatorio.
Vecina, de niña, de la Villa del Carril, más precisamente en la calle Pedro del Valdivia. Allí se crio con sus padres Fredy y Lucy, Angélica, su hermana melliza y su hermano mayor. Su escuela primaria fue Provincia de Santa Fe y la secundaria, la Normal Sarmiento.
Cuando se habla de natación, Celina dice haber comenzado desde bebé, lo mismo que ahora hace ella con sus clases de matronatación. Para llegar a ello, hizo un curso en la provincia de Córdoba en el año 2005, es decir, se capacitó para poder llevar adelante sus clases de natación para bebés, que es una estimulación que pueden recibir a partir de los tres meses de vida. Ya especializada en el tema, hace siete años que recibe una gran cantidad de chicos que son acompañados por sus padres y que brinda un fortalecimiento del vínculo.
Al referirse a cómo se brinda esa clase, que por el momento está suspendida debido al aislamiento social preventivo obligatorio, ella le llama una hora de estímulos, que se hace una vez a la semana, siempre acompañados de uno de los padres. Para comenzar, se mojan de a poco los brazos, piernas y la carita para que no tengan un cambio brusco de ámbito; luego tienen una entrada en calor, se lo sumerge en el agua y se lo saca, se lo pone de cúbito ventral y cúbito dorsal como parte del juego. Posteriormente, hay una parte específica donde se lo ayuda al bebé a hacer patadas y otros ejercicios. Para finalizar, su mamá o papá le canta una canción conocida para la relajación del pequeño. Entonces, algunos -la mayoría-, se duermen, otros se tranquilizan y otros salen más inquietos.
Como profesora de natación, siente que los beneficios para los chicos son muchos y manifiesta orgullo al contar que hoy tiene alumnos de siete años de edad, que compiten en los torneos locales, y que con siete meses comenzaron sus clases de matronatación con ella. Se siente más cómoda en su rol de profesora, de marcarles el camino, que en el de la competencia, aunque también trabaja en ese aspecto, por ejemplo, con sus pequeños alumnos del San Juan Lawn Tennis, participando en algunos torneos de verano.
Dando clases de natación, en 2018, la vio el presidente de la Federación sanjuanina de ese deporte y le ofreció integrar el equipo de instructores de los chicos que viajarían a los Juegos Binacionales de O’Higgins, Chile. Se tomó tan a pecho sus obligaciones que dejó otros trabajos para poder realizar entrenamientos intensivos con la selección sanjuanina; sin embargo, unos días antes de viajar le comunicaron que no podría formar parte de ese equipo por cuestiones de presupuesto. Con gran tristeza recuerda haber vividos esos días, hasta que la noche anterior a la partida, le avisaron que sí iba. Para ella fue una gran alegría porque sabía del gran trabajo que se había realizado y -además- era su primera vez como entrenadora, ya que como jugadora de vóley había participado de tres juegos. En definitiva, aquella delegación de natación fue la que más medallas le aportó a San Juan.
De familia de deportistas, ya que su papá fue campeón argentino de lanzamiento de jabalina y disco, mientras que su abuelo, el recordado profesor Jorge Anea, tuvo un destacado rol en la época de oro del hockey sanjuanino. De allí que a los 15 años le dijo a su padre que quería jugar vóley, por lo que sus inicios en ese deporte fueron en Obras, y allí se quedó durante diez años, siendo jugadora y entrenadora de las más chicas, de categorías sub 14 y sub 16.
Cuando terminó los estudios secundarios, probó un año estudiando Turismo, hasta que se dio cuenta que no era lo suyo y al año siguiente comenzó el Profesorado de Educación Física, profesión que lleva adelante actualmente en una escuela de 25 de mayo.
Celina Correa, muy querida por sus alumnos y amigos por su don de buena gente y por su buena onda de siempre, acompañada por una sonrisa indeleble. Sueña con tener su propia piscina para llevar adelante lo que tanto ama: enseñar a sus chiquitos.
Fuente: Si San Juan
