Después de un comienzo equilibrado, e impreciso, que se ejemplificó en la leve ventaja 5-4, a los 4:30 minutos, Argentina usufructuó su precisa rotación defensiva, que empastó al rival (3/16 de campo) y se adueñó del ritmo. El combinado nacional transitó sobre el parquet con mucha energía, para lastimar en transiciones rápidas, así clausuró en ganancia 18-6.
El dominio se profundizó en el segundo capítulo. La presión a la bola frustró a Colombia. Además, las argentinas le adosaron un reparto nutrido del goleo, lo que le permitió plasmar un pasaje 9-0, para escaparse 27-6, a los 5 minutos. El equipo cafetero no encontró vías de anotación durante todo ese lapso (10 pérdidas). Con mucha solvencia, el seleccionado se retiró al entretiempo con una clara brecha 34-14.
Luego de las charlas en camarines, el trámite viró con una leve mejora de Colombia en la atención, por eso recortó el marcador 36-19 a falta de 8:20 minutos. Después de un momento de imprecisiones, Argentina retomó las fuentes de comunicación y ajustes en defensa, al punto de evitar que el rival anotara durante 5 minutos. Con la circulación del balón, el equipo de Cors halló espacios para los rompimientos al canasto para quebrar la zona 2-3 del rival. Así prevaleció en el electrónico 44-19, con 3:50 minutos en el reloj. La intensidad siguió como aliada para bajar la cortina arriba 48-23.
El excelso rendimiento cayó en una meseta en el arranque del último cuarto. Argentina padeció una sequía en ataque, con más de 6 minutos sin producir. Colombia no pudo castigar rotundamente esa merma, aunque clavó un pasaje 9-0, para limar la distancia 48-31, a falta de 3:40 minutos. El combinado nacional reaccionó con todo, resurgió con electricidad y cerró con un estupendo 16-2, para edificar el definitivo 64-33.
Ahora la plantilla dispondrá de dos días de descanso y aguardará la definición del Grupo B para hallar a su rival en semifinales.